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Retina
Retina
En el ojo humano los rayos luminosos penetran por la parte anterior (cornea) y continua atravesando hacia la pupila y cristalino (el lente biconvexo situado un poco más hacia la parte posterior). Dichas estructuras anteriores permiten enfocar las imágenes en la retina.
La retina es una capa altamente sensitiva que tapiza el globo ocular en su parte interna, allí se encuentran un conjunto de células nerviosas entre las que se encuentran los fotorreceptores, su función es recibir los estímulos luminosos procedentes del exterior y convertirlos en señales eléctricas que son transmitidas por el nervio óptico y la vía óptica hacia el cerebro, donde son percibidas como imágenes.
La retina es susceptible de afectarse por diversas enfermedades que reducen la capacidad visual, como por ejemplo:
- Desgarros y desprendimiento de retina
- Agujero macular
- Membrana epirretiniana
- Retinopatía diabética
- Oclusiones vasculares
- Masculopatía miópica
- Degeneración macular asociada con la edad
- Uveítis
- Retinitis
- Distrofias retinianas
- Retinosis pigmentaria
- Traumatismos
- Otras
Se habla de desprendimiento de la retino, cuando esta se separa del epitelio pigmentario de la retina. Esta parte desprendida pierde su fuente de nutrición deteriorándose rápidamente la fusión visual. En el interior del globo, ocupando más de las 2 terceras partes del mismo, se encuentra en el cuerpo vítreo, el cual es transparente y gelatinoso, teniendo entre otras funciones la de mantener la forma del ojo. Dicho fluido gelatinoso al alterarse causa tracción sobre algunas partes de la retina produciendo así, desgarro y desprendimiento retiniano.
Es una enfermedad que afecta más a personas miopes. Los síntomas y signos más importantes para sospechar que existe un desprendimiento de retina son:
- Aparición de las moscas volantes o luces repetición (fotopsia).
- Visión deformada o amputada de las imágenes.
- Velo o cortina en el campo visual.
- Perdida rápidamente de la visión.
Una vez diagnosticado el desprendimiento de la retina, se realiza el plan quirúrgico a efectuar, el cual puede ser bajo anestesia local o general dependiendo de la magnitud o gravedad. Cuando se necesita algún estudio adicional, se realizará previamente el acto quirúrgico para así obtener un pronóstico más certero. Habitualmente si el paciente es mayor de 40 años se requieren algunos exámenes complementarios como: Evaluación, entre otros, de acuerdo el criterio de su oftalmólogo.
Todos los esfuerzos del cirujano están encaminados a reponer la retina desprendida en un solo acto quirúrgico. Para tal fin se han descrito numerosas técnicas, pero advertimos que en algunos casos, por motivos muy diversos relacionados por la gravedad del paciente, no se logra el 100% de éxito.
Veinticuatro (24) horas después de haber sido intervenido se harán los primeros cambios de cura y los exámenes post operatorios que se requieran.
Serán necesarios controles periódicos hasta que el caso sea solucionado. La visión del ojo operado se recupera poco a poco y en ese sentido se recomienda a el paciente mantener la calma y confianza en su médico oftalmólogo.
La mejoría se producirá gradualmente en los meses siguientes.
Es importante considerar que el éxito de la cirugía o tratamiento dependerá en gran medida de usted.